Ofrecer el pecho a las balas es más fácil cuando el fusil no está enfrente.
Es más fácil reducir al absurdo la bala, que darle la importancia real, el problema está cuando la bala se desea.
Hacer de ello Moloch, para después desterrar todas sus cualidades. Se idealiza la situación contra voluntad, pues el resultado se conoce, y a fin de cuentas los motines mal armados terminar por aniquilar a los guerrilleros de buena intención, pues la guerrilla no soluciona todos los conflictos.
¿Para qué hablar de la cobardía? Total se evidenció sola en cada momento y en cada relato del que afrontaba el problema contra viento y marea, pero prefería el relato de un perro asustado.-
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