(Si supiera que aún dentro de mi alma conservo aquel cariño que tuve para ti. Quien sabe si supieras que nunca te he olvidado,
volviendo a tu pasado, te acordarás de mi
vuelven a sonar los aires a la Capital que no se conoce y se añora recorrer.
otra estación, otro cigarro y otra forma de escribir.
Abrupta la caída, como la aparecida y lo abrupto de las preguntas, que ni al buen debatiente dejaría espacio a la respuesta. Sobre el podio de las dudas bombardea con incisivas sospechas e intenciones.
Como quisiera, como Foucoult no tener que comenzar el discurso y aparecer repentinamente en medio de él. Como quisiera odiar al esquizofrénico y decirle que su eterno retorno erró y no es realidad, sino dentro de su cabeza.
el fin no es alentador, pero pudo llegar a su fin finalmente.
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