Es que sí, como si en una caricia estuviera Perséfone presente, como si a su partida el duro invierno azotara la fertilidad de la que pueda disponer el hombre.
¿En qué se habrá fijado el duro y frío Hades para tomarle?
Sin saber por qué, sí se sabe que el camino por el Tártaro es duro y a veces cruel, solo la llegada a su tercer campo podría hacer grato todo esto.
El tercer campo no podría florecer de la misma forma sin Perséfone
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