¿Es que acaso unas cuentas frases poéticas sacan de la miseria a las personas de sus miserables situaciones?.
Duras suenan las palabras, resuenan en la miseria que, no son nada más que eso mismo. Explícito suena llamarles miserables, pero no será de extrema preocupación superando ésta. La sustancia y el arquetipo de ella descansa suave y sumisa en el seno de la discordia de su realidad. Definitivamente inexplicable el efecto de aquellas frases poéticas que a ratos parecen aliviarnos el corazón y cargar en su lugar a nuestra conciencia. Como qué ciclo culmina su fase tocando el límite de su definición, se transformará en una contradicción que nunca se apaga y que parece renacer una y otra vez en la miserable miseria de la filosofía,
Intelectuales que resuenan en el intelecto de los demás, intelectuales que hablan, viven y obran para sus pares intelectuales que llenan su pecho con un ego que parece no caber en su estrecha mente. Los intelectuales desaparecen en su irrealidad irracional, mientras los verdaderos intelectuales, los sabios que lo son como lo fue el viejo griego retornan, para en intelectualidad salvar, sometidos a todo egocentrismo y dotados de la mayéutica, a los que no se consideran tal.
"Las cartas de amor se escriben empezando sin saber lo que se va a decir, y se terminan sin saber lo que se ha dicho." Jean-Jacques Rosseau
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