Desde aquella confesión en un parque lleno de árboles que veían el rubor del rostro del joven inexperto en ese tipo de oratoria todo, en los siguientes meses, transcurrido en cámara lenta y en una tonalidad sepia
Tiempos en los cuales el tiempo no abundaba, y en los que el joven no se podía dedicar a otro amor, sino al amor por los que entregaba sus días y noches. Ella tuvo que quedar de lado.
Cuando el joven tuvo tiempo su excusa no podía ser la misma que antes, la excusa para concretar en acciones los recurrentes "te quiero mucho" no existían, más aún cuando nunca había pronunciado esas palabras con tanta sinceridad.
Del invierno del dosmilocho se llegó a la primera radiante, y entre espadas y gritos de guerra imaginarios quiso hacer lo que su corazón clamaba a gritos por mucho tiempo
Sorpresa
...era muy tarde
Hoy convertido en hombre no olvda las lágrimas que acariciaron sus mejillas por razones que nunca antes habían tenido y que nunca más las tuvo; amor. Aun escucha el aullido que lanzó al cielo embriagado de arrepentimiento y algo demás.
¡Cobarde!
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